El Telón
de Acero.
La Cortina de Hierro (en
Hispanoamérica) o Telón de Acero (en
España) es un término histórico que proviene de las expresiones alemanas Eiserner
Vorhang e inglesa Iron Curtain. Hace referencia a la
frontera política, ideológica, y en algún caso también físico, entre la Europa
Occidental (Bloque Capitalista) y Europa Oriental (Bloque Comunista), tras
la Segunda Guerra Mundial.
En alemán, fue usada por Joseph Goebbels, ministro de Propaganda
nazi, y Lutz Schwerin von Krosigk, último canciller de Alemania antes de
establecerse la Comisión Aliada de Control en mayo de 1945. A su
vez, Winston Churchill utilizó su versión inglesa en un discurso. El
ex Primer Ministro Británico la usó para referirse a la
frontera, no solo física sino también ideológica, que dividió a Europa en
dos bloques después de la Segunda Guerra Mundial. Churchill popularizó el
término en una conferencia en Estados Unidos en 1946, cuando dijo:
Desde Stettin, en el Báltico, a Trieste,
en el Adriático, ha caído sobre el continente (Europa) una cortina de hierro.
La frontera de la que hablaba
Churchill dividía a los Estados socialistas, encabezados políticas, económica y
militarmente por la Unión Soviética, y los Estados capitalistas, alineados con
los Estados Unidos. El término había sido de hecho ideado o utilizado antes por
el Ministro de Propaganda de la Alemania nazi Joseph Goebbels, quien declaró el
25 de febrero de 1945 en un artículo titulado «El Año 2000», en el periódico
semanal Das Reich:
Si los alemanes bajan sus armas, los
soviéticos, de acuerdo con el arreglo al que han llegado Roosevelt, Churchill y
Stalin, ocuparán todo el este y el sudeste de Europa, así como gran parte del
Reich. Un telón de acero (ein eiserner Vorhang) caerá sobre este enorme
territorio controlado por la Unión Soviética, detrás de la cual las naciones
serán degolladas. La prensa judía en Londres y Nueva York seguirá aplaudiendo probablemente.
La división también se hizo patente en dos sistemas militares contrapuestos, la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (1949) y el Pacto de Varsovia
(1955), así como en las alianzas económicas, el Plan Marshall por un lado y el
Consejo de Ayuda Mutua Económica por otro. Esta división en dos bloques
enfrentados en sus concepciones políticas, militares y económicas dio lugar a
la situación conocida como Guerra Fría (la cual se prolongaría hasta fines de
la década de 1980).
De hecho, la mayoría de los países al
este de la Cortina de Hierro se resignaron a ser satélites de la Unión
Soviética, después de que, hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, ésta
avanzase sobre los restos de la Europa hasta entonces ocupada por los nazis.
Esta soberanía limitada o tutelada quedó confirmada por el sofocamiento del
levantamiento germano-oriental de 1953, por la fallida revolución húngara de
1956 (que llevó al fusilamiento del líder reformista Imre Nagy en 1958) y por
la invasión soviética de Checoslovaquia en 1968 (Primavera de Praga). En
particular, después de producida esta última, el gobierno de Leonid Brézhnev
elaboró la denominada doctrina que lleva su apellido, según la cual como lo
“que afecta a un país socialista afecta al socialismo como un todo”, la URSS se
arrogaba el derecho de invadir militarmente cualquier país de su área de
influencia en la Europa Oriental. El surgimiento del combativo sindicato polaco
Solidarność (“Solidaridad”) en 1980 tendió a confirmar el estado de tensión
ideológica interna que se vivía detrás de la también denominada “Telón de
Acero”. Únicamente la Yugoslavia del mariscal Josip Broz “Tito” y la Albania de
Enver Hoxha lograrían, aun teniendo sendos gobiernos marxistas, mantener una
relativa independencia de la URSS. Ya en 1948, tan sólo tres años después de
finalizar la guerra, Tito rompió con el régimen de Iósif Stalin. A pesar de
haber proclamado su neutralidad frente a ambos bloques, el líder yugoslavo
mantuvo una forma de gobierno socialista, argumentando que su
“marxismo-leninismo era más puro que el soviético”[cita requerida]. Por su parte,
el estalinista Hoxha lo hizo a partir de la década de 1960, después de que el
por entonces nuevo premier soviético Nikita Jrushchov, a partir de su
posteriormente famoso discurso secreto del 25 de febrero de 1956, comenzase a
denunciar públicamente los excesos y crímenes cometidos en vida por Stalin.
Ante esa nueva situación internacional, después de producido el cisma
ideológico chino-soviético, el líder albanés decidió romper con la URSS y tomar
partido por la China del entonces dirigente Mao Zedong.
Al oeste de la Cortina de Hierro,
Finlandia y Austria mantenían también una política de relativa neutralidad
respecto a los bloques, buscando mantener relaciones cordiales con la Unión
Soviética. En los medios de comunicación de algunos países occidentales, se
acuñó el término de finlandización para describir, en sentido negativo, una
política exterior que según dichos medios se acomodaba para servir a los
intereses soviéticos. El 19 de agosto de 1989 se celebró el Picnic Paneuropeo
por iniciativa de Hungría, siendo el primer paso para la caída del Telón de
Acero. En este evento los húngaros y austriacos obviaron las fronteras
soviéticas y se reunieron simbólicamente.
Winston Churchill
ESCRITO POR:
Daniel Schulz López
Gabriel Figueroa González
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